Tras las últimas noticias en prensa, de nuevo tenemos que apuntar las falsedades que la empresa minera sigue publicando respecto al proyecto Salave en Tapia de Casariego.
- El comentario de que “La promotora asegura que la mina en Salave «reducirá un 99% el arsénico del subsuelo»”. ¿Qué quieren decir exactamente? No significa, como quieren que parezca, un efecto positivo de la explotación minera, sino que sencillamente el objeto de extracción será un concentrado de sulfuros metálicos de arsénico (el metal más abundante) y de oro (el más preciado), por lo tanto esta afirmación es una PEROGRULLADA. Lo que no dice es que la explotación minera dejaría abierta una enorme herida (que no podrá suturar el relleno previsto con estériles) por la que, al recuperarse el nivel freático tras la clausura, supurará el arsénico libre durante siglos.
- «En contra de lo que algunos colectivos están afirmando, el proyecto para Salave excluye y elimina la necesidad de utilizar productos cianurados», asevera la compañía. Este punto es delicado. Es muy posible que nos encontremos ante un caso de fragmentación del proyecto, de forma que en una primera fase, para lograr el visto bueno de las administraciones, no se contempla inicialmente el tratamiento con cianuro, pero a largo plazo, con otros gobiernos y acuerdos, sin duda este tratamiento se podría incorporar al proceso mediante una ampliación del proyecto, ya que de otra forma la rentabilidad de éste es muy ajustada debido a los costes de transporte del concentrado.
- “Exploraciones Mineras del Cantábrico insiste en que medirá la calidad del agua a la entrada y salida del emisario” de nuevo FALSO. El proyecto presentado únicamente prevé mediciones semestrales de la calidad del agua marina, no análisis de la composición del agua efluente que se limita a estimar mediante un modelo teórico sobre un sondeo determinado y favorable a sus intereses e ignorando otros cientos de los que disponía, pero que le eran menos favorables.
- La compañía responde «para no confundir a la ciudadanía»: “El plan, elaborado por «prestigiosos profesionales», prevé la construcción de un emisario submarino, generalmente, a 800 metros de la costa «desde su punto de conexión de mar a tierra», y 17 metros de profundidad, que depositará «exclusivamente agua excedente natural e inalterada». ABSOLUTAMENTE FALSO. Eso sí que es confundir y engañar a la ciudadanía. El emisario vertería “aguas de mina” a 447 metros del cabo del Castello e incluso a menos, a unos 375 de los islotes de Torbas. Por primera vez vemos escrita esa delicada perífrasis “a 800 metros de la costa desde su punto de conexión de mar a tierra”. Por supuesto, y a varios kilómetros de la costa de Lugo, si prefieren medirlo así. Los prestigiosos profesionales deberían aprender a medir.
- EMC insiste, además, en «la perfecta compatibilidad de la actividad minera con la agricultura, ganadería, pesca y turismo, como demuestran importantes ejemplos en España y Europa». FALSO. Pese a todas las manifestaciones de todos los sectores implicados no se dan por enterados. No existe un solo ejemplo de minería aurífera sostenible, ni en Europa ni en el mundo. Sin ir más lejos, en Asturias, repetimos por enésima vez, tenemos un ejemplo plagado de desastres, incumplimientos y sanciones medioambientales en Belmonte y Salas.
Eso sí, como indica la compañía promotora, esperamos que «el proceso administrativo sea riguroso» y la legislación en materia minera y ambiental, «exigente», como lo fue en tramitaciones precedentes que culminaron en declaraciones de impacto ambiental negativas. Entendemos que no puede ser de otra forma, ya que se trata del mismo proyecto ya denegado.