Hace tiempo que no hablamos, sobre todo porque no hay muchas noticias que comentar.
Estamos a la espera de que las administraciones competentes tomen decisiones (Principado de Asturias y Ayuntamiento de Tapia).
Cada día que pasa seguimos convencidos que este proyecto minero en Tapia de Casariego es una auténtica barbaridad y que no es legal, ni viable técnica ni medioambientalmente.
Por su parte, la empresa minera, la misma empresa que antes de empezar ya ha cometido numerosas infracciones, sí habla a través de publirreportajes repetidos en prensa y artículos de opinión firmados por pseudo expertos para presionar a las mencionadas administraciones públicas, citando unos argumentos que se caen por su propio peso y para de paso y como acostumbra, ridiculizar y faltar al respeto a la gente de la comarca que de forma mayoritaria se opone a este proyecto.
En estos artículos que cíclicamente repiten en la prensa se quejan y se vuelven a quejar cuando no atienden a sus intereses particulares. Uno de los últimos artículos fue especialmente insultante tachando a la gente de la zona de falta de audacia, de arrojo, inacción y miedo al futuro. Otra vez más, a través de sus voceros de pago, hacen gala de su habitual prepotencia, soberbia y paternalismo vendiendo este proyecto como la tabla de salvación que nos sacará de la pobreza e ignorancia en la que consideran que vivimos. Por si no se habían enterado, Tapia hace tiempo que dejó de ser una aldea perdida de finales del siglo XIX y mira al futuro con ganas, sin miedos y valorando y protegiendo lo que tiene.
Por cierto, lo que sí produce miedo es esta empresa minera cuyo fundador y director es el mismo que acaba de dimitir (o ser despedido) como CEO de otra minera que opera en Bosnia, tras acumular retrasos, problemas no contemplados en el impecable proyecto, incumplimientos de todo tipo, mentiras a los accionistas, problemas con la justicia local por querer talar un bosque (tienen fijación con este tema) para ampliar una balsa de residuos que se les ha quedado pequeña en menos de seis meses (ejemplo de planificación) y tener un historial de insultos públicos en redes sociales a accionistas que le cuestionaban por su gestión al frente de la empresa.